Attn: Todos los implicados From: el careto de Darshan Asunto: La afrenta a mi honor por parte de un calvo supuesto hare krisna que responde al nombre de Oldno7. Fecha Estelar: Lunes 16 de Noviembre de 1998 El presente manuscrito se presenta como prueba de mi inocencia en el caso. Todo lo que se incluye en este texto tiene como fin esclarecer los hechos que acontecieron aquel aciago Sabado dia 7 de Noviembre de 1998. Para facilitar su procesamiento la exposición se hara a modo de relato en primera persona. Que los damnificados acepten mis disculpas de antemano. Noviembre 7. Sabado. Resaca. Lo normal vamos. Me despierto a punto para comer con mi familia como buen cristiano que soy (un momento.. yo soy ateo no cristiano.. buah.. que más da.). Como y me voy a un partido de rugby al cual estoy convocado. El partido es contra el Liceo Francés. Llego, me cambio y juego. Me lesionan. Perdemos. La tarde empezaba viento en popa y a toda vela como suelen decir los marineritos de agua dulce. La lesión para ser concretos es una contractura del esternoclestomastoideo a su paso por la parte inferior del omoplato izquierdo. Cojonudo oiga. Mi madre que es muy buena me lo medio arregla y con paso firme y poco decidido dirijo mis pasos y mi coche a un sitio llamado Spaguetti Western. Lo conozco por referencias y no son muy buenas. Dios proveera y asistira asi que me encomiendo a San Pancracio y tiro "paralante". Madrid es un sitio peculiar. Hay más coches que habitantes. Esto es algo que mi experiencia me transmite, y por mucha experiencia que tenga y por muy buen cuidada que este me sigo chupando un atasco hasta llegar a la jodida Avinguda del Brasil. Milagrosamente aparco sin más problemas cuando mi reloj marca las 21.20 horas. Doy gracias a San Pancracio: podré tomarme una pinta de Kilkenny antes de cenar. Un sitio peculiar el Irish Rover. Señor guardia en la puerta con perro y dentro una decoración de a 20 millones de pesetas el metro cuadrado ambientando el barrio pobre de un Dublin del siglo XIX. Joder que guays que somos los madrileños. Entro saludando al guarda como si de toda la vida. Con las pintas que llevo o hago esto o trago acera. Me congratulo: he entrado. Me descongratulo: no veo a ningún grupo de gente sospechosa en el bar, y eso que me he recorrido las dos plantas del bar y el cuarto de baño (el de mujeres inclusive). San Pancracio me asista: ¿DÓNDE COÑO ESTAN ESTOS? Vuelvo a entrar y salir dos veces no vaya a ser que me haya equivocado de canal.. digo.. de bar. El de la puerta ya me conoce de toda la vida. A este paso nos hacemos intimos. Sigo sin encontrar a nadie. La gente me mira como si estuviese loco pero mi mente me dice: No, no estas loco, en la página ponia que hasta las 21.30 horas en el Irish Rover, tu reloj marca las 21.25 y va diez minutos adelantado. O el tercer reich a resurgido para raptar a los del canal por sus elevados (jaujauajuajua) conocimientos o es que se han ido antes a cenar. Mi lógica aplastante me aplasta y me voy al Spaguetti Western. Traducción: me recorro los 30 metros que separan ambos locales y entro. Que bonito. Si tienen hasta un caballo para hacerse fotos en plan película del oeste. Mi fuero interno me conmina a ello. El cartel de no más de 30 kilos me disuade. La física no engaña a nadie y no quiero tener que pagar por un caballo roto. Otro dia será. Me planto en el saloon (o sitio para comer gordo grande con muchas sillas y gente hablando sin parar). Sigo sin ver a nadie. Me desespero. Estrangulo a una señora que pasaba por ahí para fotografiar a su nieto para tranquilizarme y escondo el cadaver. Espero que nadie mire al techo en toda la velada. No quiero tener que explicar como conseguí poner ese cuerpo de señora madrileña alimentada con callos y 150 kilogramos de peso superpluma en canal con solo un paquete de postits. Los secretos de cada uno son secretos. Veo una mesa larga con gente. ¿Serán ellos? me pregunto retoricamente. Nahhh.. son muy normales, me respondo por la misma via. Llamo a un camarero inocente que quiere venderme no se que gilipollez de una sanmiguel (¿se creerá que soy gay o algo así?). Me intereso por si ha habido alguna reserva para esta noche de una mesa de entre 15 y 20 personas. Me mira con cara de ¿euh?. Le explico que no se a que nombre esta la mesa (imaginaos: "Hola, buenas, una reserva a nombre de Astinus?") y me dice que solo tienen una de 18 o así y que es la de detrás del piano. Me acerco con paso tembloroso y con la mirada distraida. No quiero que me reconozcan. Pero no. Acierto a la primera. La pista: una camiseta de Jack Daniel's con un calvo dentro. Pregunto: ¿trivial?. Respuesta: Si, ¿cerveza?. Sonrio. Por fin algo sale bien esta noche. Próxima entrega de esta soporífera saga: Cuando Oldno7 continue con la suya. (me gustaria dar las gracias a Eduardo Mendoza por su estilazo que yo he copiado de mala manera para este muermo).
por La Sombra de Darshan
Nota aclaratoria: Comentar que en el anterior capítulo de esta saga al autor se le olvido mencionar que nuestro heroe habia bebido ingentes cantidades de cerveza antes de llegar al escenario conocido como Spaguetti Western. La editorial no se hace responsable de las opiniones o pensamientos publicados en este u otros documentos. Las palabras y términos marcados con un * tienen su explicación al final del documento. El autor ha considerado que debido a la variada procedencia de muchos de los asistentes al convite era adecuado aclarar unas cuantas cosas antes de que haya matanzas y masacres como en Bosnia-Herzegovina.
¿Dónde lo habiamos dejado?
Ah si. El grupo heterogeneo al cual habia sumado mi presencia me presto
una silla. Que amables. ¿Dejarán que también me la
lleve a casa?. Bueno, ya discutiria eso más tarde con el camarero.
Me habia traido el bate metalico asi que dudaba que hubiese ningún
problema. Me senté.
Era una mesa alargada. Poco propensa a
socializar a no ser que tuvieses un sistema de telecomunicación
o (la solución elegida por el resto de los convidados) un teléfono
mobil. Aquello parece el paraiso de Airtel y Movistar. Nunca jamás
habia visto tanto horterola* junto. Habia incluso alguno que se vanangloriaba
de tener dos o hasta tres aparatos de esos. Nunca lo he compredido muy
bien. Eso si, era práctico. ¿Qué tenias que decirle
algo a la otra punta de la mesa que estaba como a medio kilometro y no
querías pegar un grito? Nada más fácil que descolgar
el horterola, marcar un número, conectar con un satélite,
que este satélite a su vez conectase con otro y este último
mandase una señal de microondas* al areá metropolitana madrileña
para que el horterola de algún ser situado en la zona convenida
descolgase. Que fantastica que es la tecnología.
Cuando yo llegue a la zona de combate
ya habia como unos 10 individuos sentados. No esta mal, pensé. Lo
negativo es que quedaba como media mesa por llenar y por mucho que me esforzé
no ocupaba lo suficiente para frenar esa imagén de vacio intelectual
que las sillas proyectaban. Me presente: Hola, soy Jesús. Se les
pusieron caras raras. ¿Y ese nick? ¿alguien lo conoce? ¿De
que cueva ha salido? Horror! no lleva camisa Ralph Lauren! se oyó
comentar. Las conexiones neuronales de mi mente tardaron unos 20 segundos
en acceder al area de interacción social. Otros 10 en encontrar
la sección de Contactos con seres de otros estratos y areas sociales.
Gastó 30 segundos en descubrir que esa no era el area adecuada.
Al final tropezaron con algo que parecía apropiado: Perdon. Darshan
es como me llaman en el canal. Un calvo con barriga me gritó: Te
odio! ¿yo que le habia hecho? todavia no le habia violado ni nada
por el estilo.
Aceptado en el grupo ya me sentí
mejor. Se fueron presentando. Cuando terminaron no me acordaba de ningún
nombre. Algo normal en una mente burocrática como la mía.
Cuando un nombre y su cara correspodiente entran en mi memoria tienen que
pasar por una serie de procesos burocráticos, que, lógicamente
durán lo que puede durar hacer una declaración de la renta
simplificada para conyuges sin fondos reservados y una cuenta "pequeñita,
y cuca, ya sabe usté como funcionan estas cosas" en las islas Cayman.
Sonreí como un idiota sin soltar palabra durante unos 10 minutos.
Las instrucciones. Recordaré aquella
cena como la de las instrucciones. Que cosa más complicada. Que
si puedes pedir de aqui pero no de alli. Que si pides estos y estornudas
dos veces te rebanan el pescuezo. Si no saltas a la comba y no llevas la
raya a la izquierda solo puedes pedir fajitas de misionero kumbaya. Que
caos. Mi mente estaba todavía ocupada con la asimilación
de nombres y encima ahora esto. Tenia que hacer algo. Afortunadamente algún
camarero se apiado de mi. Por arte de virlivirloque tenía ante mis
narices una jarra de cerveza. Enorme. Tras fortificar la zona con un bunker
y asegurarla con bombardeos sistemáticos de parafraseria logística
tipo "TSK! esa mano!" me dedique a beber.
Solucionados los problemas burocráticos
ya era capaz de reconocer a alguno: Prion, Raulita, Oldno7, Perez, Ankhara
(con el apósito*), Fleming, Astinus (el primero que me dio la mano
el muy temerario), etc. Estaba en mi salsa. Que si cerveza por alli, que
si cerveza por aqui. Que si tu no me mires mal que te pego leche. Y me
lleve un susto de mil demonios. Alguien me habia acechado por atras cual
Predator en la pinicula de Arnold Schwazenburguer. ¿Quién
se atrevia a semejante afrenta que casi me cuesta un vaso de mi preciado
zumo de cebada fermentado? Oh, vaya, es Jimena. Y encima se sienta enfrente
mio. El Apocalipsis según Darshan. Bueno, que se la a hacer. Me
resigne. Pero.. y esa cosa calva que antes ha dicho que me odiaba que llega
por el pasillo??? que hace???? dios mio... ha venido a saludar.
Mi cerebro ya habia entrado en modo standby.
Demasiados procesos paralelos a la vez. Citando a algún cantante
"Let's keep dancing". Ya que estaba ahi habria que hacer algo. Para entretener
trajeron los aperitivos. Que bien, si hasta pican y todo. En el impasse
habien llegado Pakillo, a mi derecha, y Jade, a mi derecha pero en el lado
opuesto. El primero contando chistes machistas. El segundo lanzado puyas
con menos delicadeza que un tanque Abrahams en pleno Dia D. Vino más
gente Casiana/Aldebaran con.. quien?? mi cerebro no lo proceso. Solo se
fijo en que llevaba una camara de fotos. Horror!
Vino el primer plato. Pitanza!!!! Obelix
acababa de llegar con esa incipiente alopecia. Otro que cae. Fleming seguia
con el jersey puesto. ¿No tiene calor este chico???? Para distraer
la atención sobre mi forma de comer (mucho más burda que
el resto de los comensales) saque un señuelo. La foto de la guarderia.
La gente se escandalizaba. Que opinasen lo que quisieran mientras que no
vieran engullir.
La cosa (usease, la cena) degeneró.
Gritos, lamentos, cafés robados, gente con miembros amputados, pataditas
debajo de la mesa, miradas de ¿y ese quien es?, más cerveza,
paparazzis haciendo fotos de gente en posiciones extrañas, horterolas
sonando, más gente, Jimena pidiendo cual niña pequeña
o mujer embarazada (ya se sabe: antojos) un globito, y yo ahí, con
cara de poker.
Lo cierto (para que mentir) es que mis
recuerdos estan nublados (el alcohol no perdona nada)(eso, o es que quieren
eliminar algún trauma o situación embarazosa). Solo recuerdo
pagar, levantarme y acosar a un camarero con el anteriormente mencionado
bate de beisbol para que me diese un globito. Empresa complicada, pero
el fracaso significaría la ira de Jimena. Por suerte o por buenaventura
sali del problema (y del restaurante) con la cabeza en su sitio y Jimena
con un globito de color violeta flotando en el aire enrarecido por el humo
de tabaco.
Glosario:
Hortelora: Combinación
de dos palabras, hortera y motorola. Se refiere a telefóno movil.
La gente es cruel de verdad no?
Microondas: Mentira, los
telefónos moviles no funcionan por microondas. Pregunta de trivial:
Con que tipo de ondas funcionan?
Apósito: Usualmente
pieza de ortopedia para arreglar un problema físico o realzar algún
rasgo de la persona. En este caso sinónimo de novio.
(ahora tengo que pedir perdón a Bill Burroughs por copiar (ligeramente) su Yonqui).
El Expreso de Medianoche
Yo no sabia lo que se me venia encima. O mejor dicho. No sabia adonde me conducia mi destino. Cuando comes, desayunas o cenas bien tu cuerpo se relaja. La sangre fluye hacia tu estomago dejando al resto del cuerpo en modo de espera. ¿Qué malo puede pasar despúes de una ingesta de comida? Tu red neuronal supone que vas a descansar y relajarte. Que no vas a hacer ningún tipo de actividad que amenace tu integridad fisica. Pero como el ser humano no funciona ni se rige por el supuesto sentido común del mundo animal pues esto no funciona asi.
Me vi arrastrado por una marejada humana (bueno, marejadilla) liderado por un calvo con un globo. Un globo purpura. ¿Qué se puede esperar de esto? Pues que te lleven a un local llamado Flint. Yo para mis adentros pensaba: No me van a dejar entrar. Que guay. No voy a tener que soportar humos, gritos, música a todo volumen y garrafa de la mala. Pero mi gozo en un pozo. Entro. Nos mandan bajar unas escaleras que parecen conducir a la boca del infierno, si esto no es el infierno en si. El color rosa enfermizo predomina y colorea todas las paredes. Mi estomago amenaza con tormenta de bilis y chiles jalapeños en represalia. Mi fuerza de voluntad manda un destacamento de antidisturbios para no estropear esa maravillosa chaquetilla con pedruscos incrustados de Ankhara a base de vomitos. Además su novio me mira mal.
El piso de abajo no mejora mis expectativas. Vamos, las empeora. Lo unico bueno que Astinus reparte bonos de bebida a bajo precio. Habrá que aprovechar. Esquivando aparatos decorativos propios de los setenta y de Tony Manero con los que el local nos obsequia la vista me hago fuerte en una barra. Fijo mi vista de lince en las botellas y descubro con placer que si, que tienen ron y es Pampero. Una de esas pido. Con CocaColita para reducir la mezcla que uno ya esta viejo. Lo normal en Madrid (no se en el extranjero) es que te llenen el vaso de hielos y luego te pongan la mitad de alcohol. Luego el resto se complementa con la bebida refrescante a su elección. Parece que el dueño del bar es del extranjero porque el alcohol no llega a un cuarto del vaso y el hielo sobresale por encima. A lo mejor es que no he dicho la palabra clave o mi polo no es Lacoste.
Ahora se supone que tenia que mezclarme con el vulgo, con la plebe. ¿Y que digo? 'Hola, soy el que se ha bebido media mesa' no me parecía una forma presentable asi que planee una estrategia de acercamiento algo más.. discreta. Asi que me puse manos a la obra. 'Hola, perdona, ¿tienes hora?' resulto ser la frase que me abrio las puertas del olimpo de los dioses del IRC. Que bonito. Pero a lo que vamos. Socializando socializando se descubren cosas, datos, pequeños secretitos del mundo mundial, y como no que nuestros queridos contertulios del trivial los tienen.
Descubrir que el op de los ops. Que el maestro de maestros. Que el calvo de calvos fue tuno, pues te marca oye. Y encima que tocaba la pandereta. Triste es pedir, pero más triste es ser tuno panderetero. Mi perversa imaginación se habia visto bloqueada solo por este pensamiento que la aterrorizaba. Oldno7 todo feliz con su pandereta y sus mallitas ajustadas marcando orgullo patrio. Quien sabe. A lo mejor tenia pelo y todo (horror!). Eso si, este pensamiento rebelde no fue competidor con la imagen de la noche: un bailador avezado, que se le veia curtido en mil y una salas de baile, con la capa (un burnoseque de esos), el jersey y la camisa Polo Ralph Lauren como armadura reluciente demostraba sus dotes en la pista. Móvil en mano y las gafas relucientes este heroe heroico respondia al nombre de: Fleming.
Revelaciones personales aparte... despúes de enredarme en una conversación muy amena acerca del estado deplorable de mis rodillas, de como romperme un ligamente cruzado, de lo jodida que es la periostitis y de que coñazo de tema con Pepi(nilla), una experta fisioterapeuta que no me dio muchas esperanzas de vida, asistimos a la llegada de una gorra con un hombre pegado (Parsons). Jimena seguia riendose (todavia no sabemos de que) y el cisma (tambien llamado split) que se produjo entre las dos barras del local (fomentado por la posesion de cierto globito purpura) indujo a que se llegara a una aplastante conclusión: vaya mierda de sitio.
Asi que sin mayor dilación ni corte de mangas un grupo de personas humanas (muy humanas) nos salimos alegres y contentas al exterior para comentar las excelencias de mil y un locales madrileños y porque coño teniamos que haber acabado en este. Para pasar el rato tuve un encuentro homozezual con el calvo tuno. Todavia no me lo he perdonado. Lo curioso es que la gente no se extrañaba. La gente sale y sale y no para de salir. Y mi estomago se esta empezando a dar cuenta de la terrible realidad: eso no era ron Pampero sino garrafa Tio Manolo. Otra vez la marejadilla y como borregos que nos vamos. No conozco ni el nombre del sitio. Ni me importa: al menos no hay que gritar para hablar y hay un furgolin. La noche empieza a apetecerse cuando menos interesante.